viernes, 14 de marzo de 2014

Quiero cagar en el baño de Pablito


Haru-chan: ¡Buenas noches a todo los seres nocturnos que no pueden pegar ojo como yo y a los que están sobando también! XDD Hoy vengo en solitario.

Sí, por primera vez en este blog de Las locas locas aventuras de dos Fujoshis voy a hacer una entrada independiente, porque es algo que llevo tiempo queriendo hacer y porque se me ha presentado la ocasión ideal para realizarla.

Os preguntareis (o no) de qué voy a hablar en esta entrada con un título tan peculiar y escatológico, pero todo a su tiempo.

Madre mia, nos hemos puesto hasta las trancas de comida
Esto tiene una explicación muy coherente. Veréis, acabo de regresar a mi casa después de una superceñorra en el buffet libre del Domino's Pizza y después de tal atracón a uno le entra la risa floja y, ¿por qué no decirlo abiertamente?, ganas de ir al baño. De modo que, como la casa más cercana era la de Aka-chan, a la cual yo llamo a veces Pablo, nos ha prestado a todos los que íbamos amablemente su baño. Así que de ahí se explica el título de la entrada.


Pero obviamente no estoy aquí para hablar de defecaciones, no os preocupáis, estoy loca pero no tanto XD Simplemente creía que de una manera un tanto extraña podría ser una metáfora de lo que quiero transmitir.

Quiero hablar de un periodo muy duro que todos pasamos de un modo u otro en la vida que es la separación de un ser querido, en este caso, hablaré de cuando Aka-chan y yo, las cuales habíamos sido uña y carne desde 4 de la ESO, nos veíamos por primera vez separadas al haber entrado yo en la universidad.

El verano anterior fue un verano irreal, creo que ninguna era consciente de lo cómo podía cambiar la situación a partir de septiembre, de modo que nos lo pasamos en grande comiendo tarrinas gigantes de helado, escribiendo yaoi y yendo esporádicamente a la piscina.

Y esto es lo que piensas que va a pasar cuando entras sola
por primera vez a la univesidad.
Cuando llegó el momento de que cada una empezara el curso docente por separado, el miedo me sobrevino. No tenía Aka-chan a mi lado para apoyarme (no físicamente hablando, me refiero), soy muy tímida y encima una fujoshi empedernida. Sin duda un bicho muy raro, de modo que casi temblé al entrar los primeros días a clase.

Pensaba "Ay, ojalá tuviera aquí al lado a Aka-chan y pudieramos ponernos como locas a escribir". Pero la añoranza del yaoi a fin de cuentas podía suplirla al llegar a casa, era más el terror de no poder integrarme o de que la distancia relativa que iba a adquirir con Aka-chan enfriase nuestra relación.

Sin embargo, nada de lo que temía ocurrió, por lo que he aquí mi reflexión, que llevaba tiempo queriendo expresar y que hoy manifiesto: Da igual que seas una fujoshi, un idiota, una camello o un periquito, que seas el bicho más raro de toda la tierra y que un desierto infinito te separe de aquellas personas que te importan, porque si la amistad es sincera, permanecerá a pesar de las adversidades.

Y respecto al yaoi, bueno, ya no podías escribir en clase, pero encontramos salida a nuestras ansias escribiendo por las noches por internet y creo que nos está yendo bastante bien, por los comentarios que nos dejan en los fics que colgamos.

Si al final de tanto estar pegados los unos a los otros nos
ponemos pesados XD
Esta ha sido mi reflexión. Espero no haber causado que alguna persona del sueño que le ha entrado se cargara el teclado de un cabezazo XDDD En realidad solo quería decir estas palabras para alentar a todas las personas, fujoshis o no, que estén pasando por momentos difíciles, con amigos o con relaciones con otra gente y porque expresar que, aunque no dieron un duro por nosotras, Aka-chan y yo hemos seguido juntas y conseguido muchos de nuestros objetivos porque a fin de cuentas hay tanta confianza como para querer cagar en el baño de la contraria y tanto amor por la otra parte como para prestar amablemente el retrete.

Así que fuerza y valor, chicos. Si sois raros, da igual, siempre encontrareis a alguien más raro que vosotros por ahí que está dispuesto a soportaros XDDD

¡Sed felices!